El estilo deportivo se ha convertido oficialmente en algo más que una tendencia y se ha consolidado como un estilo de vida. Las zapatillas blancas, en particular, se han convertido en una pieza esencial del día a día, combinando con casi cualquier look.
“Como estilista ocupada, nada puede reemplazar la libertad que brindan unos zapatos cómodos”, afirma la reconocida estilista independiente y editora de moda Elizabeth Cabral. “Unas zapatillas blancas impecables le dan un aire fresco a prácticamente cualquier look”, añade.
Si bien el calzado puede ser el éxito o el fracaso de un atuendo, unas zapatillas blancas impecables pueden ser un símbolo de estatus por sí mismas y requieren mantenimiento. Cabral sugiere tener varios pares de zapatillas blancas de repuesto para asegurar un look impecable.
“Creo que un conjunto de tres zapatillas blancas es un buen comienzo”, afirma.
Así que, si vas a la tienda ahora mismo a comprar un par nuevo o estás en tu armario haciendo inventario, ten en cuenta la responsabilidad que conlleva tener zapatillas blancas. Todo está en los detalles.
"Si tu ropa y zapatos se ven bien cuidados, eso transmite la impresión de que tienes todo bajo control y que prestas atención a los detalles", dice. Uno de los detalles más cruciales para unas zapatillas blancas nuevas es mantenerlas limpias. Atrás quedaron los días en que ir a un bar con tus viejas zapatillas deportivas era socialmente aceptable o estaba de moda. Se requiere más esfuerzo.
Por suerte, tras días de prueba y error, por fin hemos encontrado la fórmula perfecta para que tus Classic Leathers luzcan como nuevos. Con artículos del hogar, podrás dejar tus Classics blancos como la nácar en menos de 30 minutos en 4 sencillos pasos.
1. MEZCLALO
Una taza de agua, 5 cucharadas de bicarbonato de sodio, 1 o 2 cucharadas de jabón lavavajillas y 1 o 2 cucharadas de agua oxigenada. Puedes añadir más o menos cantidad de cada ingrediente según el grado de suciedad de tus zapatos.
2. PERFECTAMENTE PULIDO
Toma tu cepillo de dientes (preferiblemente uno que no tengas que reutilizar, ¡qué asco!), mójalo en la mezcla y empieza a frotar el zapato. Puedes omitir la limpieza de los cordones por ahora; ¡lo veremos en el paso 4! Una vez que sientas que has limpiado bien el zapato, límpialo con una toalla de papel húmeda.
3. LA SUCIEDAD SE HA IDO
Este siguiente paso es uno de nuestros favoritos. ¡Te sorprenderá cómo desaparece la suciedad! Humedece un algodón con quitaesmalte y empieza a limpiar la entresuela del zapato. ¡Continúa este paso hasta que logres el nivel de limpieza deseado!
Consejo: Si llevas esmalte de uñas, probablemente se te caiga durante este paso. Así que usa un guante o evita hacerte la manicura antes.
4. MAGIA OPCIONAL
Usa una cuchilla desechable para retirar con cuidado el pelo del interior del zapato. Por último, ¡pon los cordones en la próxima lavadora para que queden tan limpios como tus zapatillas clásicas!
¡Ahora, átate las zapatillas y a correr!